Cambios en tu Cuerpo en la Menopausia
- Maru Camarena
- 20 may
- 3 Min. de lectura
Hay algo que sigue sin estar claro: ¿por qué, aun haciendo lo “correcto”, el cuerpo sigue respondiendo distinto?

La respuesta no está en hacer más, sino en entender algo fundamental: El cuerpo en esta etapa cambia su lógica interna. No porque esté fallando, sino porque deja de priorizar lo mismo que antes. Reorganiza recursos, ajusta su respuesta al entorno, modifica ritmos, y empieza a funcionar con otras reglas.
Si esas reglas no se comprenden, cualquier intento de “autocuidado” termina pareciendo un nuevo esfuerzo frustrado. Déjame explicarte por qué tu cuerpo reacciona como lo hace en la menopausia. ¿lista?.

¿Por qué el cuerpo responde distinto en la menopausia?
1. El Cuerpo Se Vuelve Selectivo
Durante la menopausia, el cuerpo ya no tiene que sostener funciones reproductivas. Esto no lo debilita, pero sí cambia la forma en que distribuye la energía y los recursos internos. Procesos que antes eran secundarios (como el equilibrio térmico, la digestión o la masa muscular) ahora requieren más atención porque ya no están “subvencionados” por las hormonas sexuales.
En los primeros 5 años de menopausia, la producción de colágeno puede disminuir hasta un 30%, y no solo en la piel: también en articulaciones, paredes vaginales, encías y tejido muscular. Pero esto no ocurre porque el cuerpo “se deteriora”, sino porque reorganiza su enfoque energético y funcional.
✔ Acción útil
Revisa qué cosas estás haciendo todavía como si tu cuerpo funcionara igual que antes. Adapta lo que haces: menos desde la exigencia, más desde la eficiencia fisiológica real.

2. Gestión de la Sobrecarga
El estrés no se vive igual a los 45 o 55 que a los 30. Lo importante no es cuántas cosas haces, sino cómo tu cuerpo procesa la carga. Durante esta etapa, la sensibilidad a las hormonas del estrés aumenta. Por eso, situaciones cotidianas que antes eran neutrales ahora pueden dejar una sensación física de agotamiento, inflamación o ansiedad corporal.
Estudios recientes muestran que, incluso en reposo, los niveles de cortisol tienden a ser más altos en mujeres posmenopáusicas. Este exceso no siempre se manifiesta como “estrés emocional” evidente. Puede aparecer como mala digestión, niebla mental, tensión muscular o sueño no reparador, aunque emocionalmente te sientas bien.
✔ Acción útil
Identifica qué cosas antes te eran neutras y ahora te drenan. A veces no es el trabajo, sino cómo está organizado. No es el ejercicio, sino la hora en que lo haces.

3. No Significa Añadir Más Cosas
Muchos consejos sobre menopausia giran en torno a agregar: más vitaminas, más rutinas, más autocuidado. Pero en realidad, esta etapa requiere una lógica diferente, no necesariamente más actividades. El cuerpo necesita otro ritmo, otra forma de estimulación, otro tipo de atención.
Se ha observado que el cerebro femenino en menopausia reduce su uso de glucosa como fuente de energía primaria. Esto implica que ciertas actividades cognitivas demandan más recursos de lo habitual, y por eso pueden sentirse como un “cansancio mental nuevo”. No es falta de motivación, es una necesidad fisiológica de reorganizar cómo y cuándo te concentras.
✔ Acción útil
Haz una lista sencilla de tres momentos del día:
Uno en el que te sientas con más claridad mental.
Uno en el que el cuerpo te pida bajar el ritmo.
Uno donde notes más irritabilidad o dispersión.
Con esa información puedes empezar a ajustar tus tiempos, no solo tus tareas.

✔ ¿Qué hago con esto?
Preguntarte “¿esto me está drenando porque está mal, o porque ya no me funciona igual?”
Observar con qué ritmo y en qué momento del día te impacta más lo que haces.
Registrar un solo dato nuevo al día sobre ti misma: energía, enfoque, digestión, tensión.
Cuando te das el permiso de observar, puedes decidir distinto. Ahí empieza el cuidado real.
Gracias por leer y por apoyar este blog que con tanto cariño te dedico a ti mujer. No olvides compartir todo tu aprendizaje con tus amigas.
¡Nos vemos la siguiente semana!
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